Si acaso esta noche no volviera a verte más, enloquecería de sólo pensarlo. Quisiera serte sincera, pues este sentimiento me somete a aprender una lección manchada de sangre.
El duelo se acerca. Quizás sea mejor olvidarte, ¿verdad? Pero mi infantil inconciente me obliga a seguir amándote, queriéndote en secreto, reprimiendo esta fuerza que llevo dentro de mí.
Si tan sólo estuvieras dispuesto a aceptarme, seríamos tan dichosos... ¿Qué hice mal?
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